La imagen conmueve. El bombero acaba de salvarla a la Doberman de un incendio en su casa, la salvó sacándola de la casa al jardín, y luego continuó en la lucha contra el fuego. Cuando finalmente se apagó el fuego, se sentó para tomar aliento y descansar. Un fotógrafo del periódico Noticias de Carolina del Norte, notó que la perra en la distancia miraba al bombero. Vio a la Doberman caminar directo hacia el bombero y se preguntó qué iba a hacer. Así que levantó su cámara, el animal llegó hasta el hombre cansado que acababa de salvar su vida y la vida de sus bebés. El fotógrafo captó el momento justo en que la perra, aún quemada, besó al bombero.
Día Nacional del Perro. 2 de Junio. En Honor a Chonino
Es una historia real ocurrida en 1983. En la fría y lluviosa noche del 2 de Junio ese año, dos agentes de Comisaría 45 de la Policía Federal Argentina cumplían con su tarea de recorrida y vigilancia junto a sus perros, uno de ellos llamado Chonino, un ovejero alemán nacido en 1975. En Lastra y avenida Gral. Paz vieron dos hombres dentro de un auto, en actitud sospechosa. Se acercaron para solicitarles su identificación y la del vehículo; los hicieron salir del mismo y en forma sorpresiva, ambos desenfundaron sus armas y balearon a quemarropa a los policías. El guía de Chonino recibió un impacto que le hizo estallar el pecho. Su compañero fue herido con dos balazos en el estómago y no pudo desenfundar el arma. Entonces Chonino se abalanzó rápidamente contra uno de los maleantes y logró desarmarlo. Cuando se tiraba sobre el otro, un artero disparo en la espalda lo hirió mortalmente. No obstante ello, el heroico animal, con sus últimas fuerzas pudo arrancar al maleante de un mordisco, el bolsillo de la campera donde llevaba su billetera. Los delincuentes huyeron. Su amo, en el último estertor en medio de un charco de sangre, alcanzó a estirar el brazo y a pronunciar el nombre: Chonino. El noble perro se arrastró como pudo a darle el último lamido: murieron juntos en presencia de los auxilios policiales que empezaban a llegar.
Pero ahí no termina la historia. Junto a su boca había quedado la billetera con el documento del delincuente y ello permitió la inmediata detención de ambos, que tenían un frondoso prontuario criminal. Fueron condenados cadena perpetua por ese y otros graves delitos anteriores.Con tal motivo, a partir de 1996 se instituyó para todo el país a pedido de una periodista, el 2 de Junio como Día Nacional del Perro.
Canelo, un Perro Fiel…
Canelo era el perro de un hombre que vivía en Cádiz. Una mascota que seguía a su dueño para todas partes y en todo momento. Este hombre anónimo vivía solo, por lo que el buen perro era su más leal amigo y único compañero. La compañía y el cariño mutuo los hacía cómplices en las miradas y hasta en los gestos.
Cada mañana se los podía ver caminando juntos por las tranquilas calles de la ciudad cuando el buen hombre sacaba a pasear a su amigo. Una vez a la semana uno de esos paseos eran hacía el Hospital Puerta del Mar ya que debido a complicaciones renales el hombre se sometía a tratamientos de diálisis.
Obviamente, como en un hospital no pueden entrar animales, él siempre dejaba a Canelo esperándolo en la puerta del mismo. El hombre salía de su diálisis, y juntos se dirigían a casa. Esa era una rutina que habían cumplido durante mucho tiempo.
Cierto día el hombre sufrió una complicación en medio de su tratamiento, los médicos no pudieron superarla y éste falleció en el hospital. Mientras tanto Canelo como siempre, seguía esperando la salida de su dueño tumbado junto a la puerta del centro de salud. Pero su dueño nunca salió. El perro permaneció allí sentado, esperando. Ni el hambre ni la sed lo apartaron de la puerta. Día tras día, con frío, lluvia, viento o calor seguía acostado en la puerta del hospital esperando a su amigo para ir a casa. Los vecinos de la zona se percataron de la situación y sintieron la necesidad de cuidar al animal. Se turnaban para llevarle agua y comida, incluso lograron la devolución e indulto de Canelo una ocasión en que la perrera municipal se lo llevó para sacrificarlo. Doce años, así como lo leen. Ese fue el tiempo que el noble animal pasó esperando fuera del hospital la salida de su amo. Nunca se aburrió ni se fue en busca de alimento, tampoco buscó una nueva familia. Sabía que su único amigo había entrado por esa puerta, y que él debería esperarlo para volver juntos a casa. La espera se prolongó hasta el 9 de diciembre del 2002, en que Canelo murió atropellado por un auto en las afueras del hospital.
Un final trágico para quienes amamos los animales, para quienes creemos que en el más allá todavía hay algo que nos espera.
Animales en Guerra
200.000 palomas se usaron como mensajeras en la II GM. De las 17.000 enviadas a territorio enemigo, sólo 1 de cada 8 regresaron a punto de partida. 8 millones de caballos fallecieron solamente en la I Guerra Mundial. Los perros se usan en las guerras para detectar minas y rescatar a heridos o personas entre escombros. Delfines y leones marinos son utilizados para detectar minas bajo el agua y proteger barcos.
La Medalla Dickin
María Dickin fue la fundadora de la People’s Dispensary for Sick Animals (Dispensario popular para los animales enfermos). Fue idea suya crear una condecoración para aquellos animales que hubiesen contraído méritos durante la II Guerra Mundial. Este reconocimiento se considera equivalente a la cruz de la victoria británica. Hoy en día la medalla Dickin ha perdido su carácter bélico. Los últimos galardonados han sido perros. Appollo, Salty y Roselle recibieron este galardón en 2002 por sus trabajos en la localización de supervivientes entre los restos de las torres gemelas de Nueva York. En 2003, Buster, un perro de la Royal Army Veterinary Corps fue el último condecorado con la medalla Dickin.
El Gato Simón
Su nombre era Simon y viajaba a bordo del barco inglés Amethyst.
El barco fue sitiado y atacado por los comunistas chinos durante varios días y parte de la tripulación murió. El pequeño Simon huyó aterrorizado hacia las profundidades de la fragata, pero el hambre le hizo regresar a la cubierta 5 días después. Estaba herido, con cuatro heridas de metralla, quemaduras y una gran conmoción. Lo vendaron y curaron, pero él continuó cazando las ratas del barco mientras se recuperaba. También patrullaba entre sus compañeros enfermos, que le veían pasar con su pequeña cabeza vendada. Los supervivientes se sintieron reconfortados por el pequeño gato y tuvieron fuerzas para seguir adelante, imitándole. Simon, que sirvió en el Amethyst durante el incidente Yantze, acabó con muchas ratas a pesar de haber sido herido. Su comportamiento fue del más alto nivel a pesar de la fuerza del ataque. Simon continuó acabando con las ratas a razón de una por día. Simon, que vivió toda su vida en el mar, murió cuatro días antes de recibir su medalla. Fue enterrado en el cementerio de animales de la P.D.S.A en Inglaterra.